La boda de Gema y Manu fue mucho más que una celebración; fue un concierto de emociones, una experiencia 100% personalizada donde el rock, las motos y el amor compartieron escenario. Como mejor amiga de la novia, diseñar esta boda temática fue un reto emocional y creativo que cuidé hasta el último detalle.
La invitación, en formato disco vinilo fabricado en policloruro de vinilo, venía en una carpeta kraft hecha a mano que evocaba el espíritu vintage de la música. El seating plan sorprendió a todos: cada invitado encontraba su nombre en un vinilo real y escuchaba un mensaje personalizado de los novios a través de un tocadiscos restaurado.
El ramo de Gema combinó peonías, rosas negras y calas burdeos, con un contraste vibrante de caspenias amarillas. En las mesas, las guitarras de madera como meseros y las minutas en forma de CD con fotos de la preboda mantuvieron viva la estética musical.
No faltaron los detalles únicos: el libro de firmas se transformó en una certificación de ventas discográficas, y los regalos —vino personalizado y jarras tarro— se presentaron sobre una camarera vintage. El photocall motero fue el broche de oro, mezclando diversión, diseño y rock and roll.
Esta boda demostró cómo un concepto fuerte puede convertirse en una experiencia inolvidable. Ideal para parejas que buscan una boda temática que hable de sus pasiones con estilo, originalidad y mucho ritmo.
