Hola, soy Angélica Martín. Desde 2006 he combinado diseño de marca, producción visual y gestión integral de proyectos para transformar ideas en experiencias memorables: branding emocional, bodas temáticas, escenografías y proyectos DIY que conectan. En esta página verás mi trayectoria híbrida de roles y proyectos clave, habilidades desarrolladas y formación que nutre mi enfoque de dirección creativa y gestión de diseño.
Soy gestora de diseño y directora creativa radicada en Madrid, con proyección nacional. Coordino proveedores, cronogramas y recursos para que cada idea cobre vida con coherencia y alma. Me apasiona el branding emocional, la escenografía para eventos personalizados y crear universos donde el invitado o usuario forma parte activa. Trabajo con mimo, atención al detalle y comunicación clara, usando metodologías ágiles y herramientas como Trello para mantener todo organizado.

2025–2026
TFG en proceso del Grado en Diseño y Creaciones Digitales (UOC), donde he unido pensamiento crítico, visualización de datos y metodologías ágiles para reforzar lo que llevo más de 18 años haciendo de forma intuitiva: gestionar diseño con cabeza y corazón.
2021–2024
La dirección creativa ya no era solo una etiqueta: se convirtió en mi práctica diaria. Bodas temáticas, branding emocional y producción visual artesanal marcaron esta etapa. Desde seating plans con efecto mágico, hasta minutas ilustradas con historias personales, pasé a dirigir proyectos de principio a fin.
Ejemplo:
En la boda de Jorge y Sandra, transformé su deseo de viajar por el mundo en una celebración por toda España. Desde invitaciones-sello hasta peajes simbólicos, cada elemento fue una parada emocional.
También desarrollé marcas de comunión con alma: como el “club de fútbol de Alexander” o "las mascotas de Aroa" ilustradas en cada rincón del evento.
2020
Mientras el mundo se detenía, nació MyScrapRoom: un concurso online creativo con retos, aprendizaje, influencers y reconocimiento. Quería devolver autoestima a mujeres que se sentían “menos válidas” frente a la pantalla.
El éxito fue tal que, cuando se levantaron las restricciones, organicé una feria creativa presencial con más de 500 personas. Fue más que una feria: fue un sistema pensado para activar ventas, dinamizar marcas y premiar el talento.
Packaging sostenible: cada participante recibió materiales en una mochila o bolso reutilizable diseñado por mí. Nada de cajas de cartón.
2019–2021
Mientras comenzaba mi formación formal en diseño, también trabajé en Editorial San Pablo. Lo que empezó como mantenimiento web, terminó en una reestructuración digital:
“Angélica es una persona de grandes conocimientos del diseño y marketing digital, capacidad analítica y de trabajo” — Omar Delgado, RRHH San Pablo
2013–2019
Fue el gran clic. Me di cuenta de que no quería hacer solo invitaciones. Empecé a construir universos personalizados para bodas, comuniones y eventos. Ya no diseñaba cosas, diseñaba momentos.
También colaboré con marcas en el desarrollo de su packaging y su identidad emocional. En paralelo, seguía formándome en marketing digital, gestión de redes y producción artesanal.
Habilidades que afloraron:
2006–2013
Todo empezó cuando me colé en una reprografía.
Literalmente.
Allí, entre pliegos de papel, tintas y cortes de guillotina, descubrí Illustrator. Era una época sin tutoriales en YouTube. Solo tenía mi intuición, el botón de “deshacer” y muchas horas de prueba y error.
Ayudaba de forma altruista —colaborando en tareas del día a día— y, sin darme cuenta, estaba aprendiendo lo que no enseñan los manuales: cómo preparar un archivo para imprenta, cómo maquetar con cabeza, cómo hablar con proveedores gráficos y no morir en el intento.
Gracias a esa experiencia y a mi naturaleza autodidacta, empecé a recibir encargos de marcas locales y a colaborar con agencias pequeñas. Diseñaba identidades visuales, flyers, tarjetas de visita, papelería corporativa y todo tipo de soportes impresos.
También trabajé junto a una empresa especializada en invitaciones y detalles para eventos, lo que me acercó (sin saberlo) al mundo de las bodas.
Lo hacía todo: conceptualización, maquetación, producción, trato con imprentas, adaptación de marca a distintos formatos. Aprendí a darle forma a una marca desde cero y con pocos recursos, y a coordinar proyectos sin perder el alma.
1999–2006
Mi historia comienza lejos del diseño.
Durante años trabajé como administrativa y secretaria en distintas empresas. Coordinaba proveedores, gestionaba viajes, organizaba eventos internos, controlaba calendarios, espacios y materiales, y resolvía incidencias a diario. Era la que conectaba los puntos entre departamentos y mantenía todo funcionando.
No lo sabía entonces, pero ahí aprendí habilidades que hoy definen mi perfil como gestora de diseño: visión global, planificación realista, organización impecable y comunicación entre equipos.
Con el tiempo, ese rol estructurado y multitarea se convirtió en el trampolín que me llevó a algo mucho más creativo. De ejecutar tareas administrativas pasé a organizar ferias, talleres y eventos, a coordinar imagen de marca y, finalmente, a dirigir proyectos visuales completos.
Ese fue mi punto de partida. Todo lo que vino después, creció sobre esta base sólida.
Escenografía inmersiva con papelería ilustrada y dinámicas interactivas que sumergieron a 200+ invitados en Hogwarts.

Juegos de mesa, ilustración y homenaje personal se unieron en esta boda interactiva donde cada invitado jugó su papel.

Cada rincón fue pensado para emocionar, conectar y provocar una experiencia auténtica. Porque en esta boda, el viaje no era solo físico. Era emocional.
Mi enfoque combina investigación, conceptualización y producción: trabajo en fases claras con revisiones, gestiono proveedores y cronogramas, e integro criterios de sostenibilidad siempre que es posible. Planifico cada proyecto con entregas intermedias y al menos 4 días de margen antes del deadline. Comunicación constante y metodologías ágiles garantizan calidad, flexibilidad y experiencia memorable.